Durante los últimos meses, me embarqué en un viaje a través de algunas de las islas más aisladas de Tasmania. Esta visita fue parte de mis esfuerzos continuos para ayudar a manejar especies invasoras y proteger el hábitat de aves en peligro de extinción en esta región, en colaboración con las autoridades gubernamentales locales. En el camino, tuve la extraordinaria oportunidad de descubrir la increÃble biodiversidad y los impresionantes paisajes que hacen que estas islas sean tan especiales, aunque peligrosamente amenazadas por tantos peligros contemporáneos.
Una sinfonÃa de vida salvaje
En mi primer dÃa en la isla Bruny, el aire estaba lleno de cantos de varios pájaros. Mientras caminaba por la playa, vi varias águilas marinas de vientre blanco volando majestuosamente sobre nosotros, sus agudos ojos explorando las aguas en busca de peces. Cerca, un par (o deberÃa decir, una pareja) de gansos de Cabo Barren pastaban pacÃficamente, sus picos verde lima contrastaban maravillosamente con su plumaje gris.
A medida que mi aventura continuaba, podÃa seguir disfrutando de la vista mágica vista de los pequeños pingüinos caminando hacia la orilla al anochecer (incluso sus incesantes llamados a las 4 de la mañana). Estos pingüinos son los más pequeños, y se les conoce como pingüinos de hadas, pues nunca dejan de encantar con sus encantadores movimientos.
Explorando los tesoros costeros
Los escarpados acantilados y las ensenadas protegidas de la Isla Chalky fueron parte de mi viaje. Allà encontré una gran diversidad de aves marinas. Las pardelas de cola corta estaban anidando en madrigueras, siempre con una actividad muy intensa, a medida que se asentaban en la noche.
Las aguas costeras estaban llenas de vida. Los pequeños cormoranes negros buceaban en busca de peces (o algunas veces, simplemente tomaban el sol en pequeñas formaciones rocosas de la costa), y los charranes realizaban inmersiones acrobáticas en el mar, con elegantes estilos, que cortaban el aire con precisión
Las gemas ocultas
Mientras me dirigÃa hacia las rocas Oyster (donde sólo se podrÃa tener unos 100 m de largo de acceso, si mucho, porque no hay playa), el paisaje se transformó en un paraÃso para reptiles e invertebrados. Tomando el sol en las rocas iluminadas por el sol, estaban los eslizones frÃos metálicos (la primera vez que se observaron en la isla), con sus escamas metálicas que brillaban a la luz, incluso en las partes más oscuras y apartadas de la isla. Ah, ¡y ni mencionar el viento y la lluvia implacable del lugar, que caÃa donde estaba montada la carpa principal del equipo (diseñada para un uso especial de zonas alpina, como el Monte Éverest), casi vuela!
(¡Esto fue cuando hacÃa buen tiempo!)
El paisaje más diverso de la isla Roydon, cuenta con piscinas saladas que tienen un tesoro escondido de vida marina. Estrellas de mar de varios colores vibrantes se aferraban a las rocas (incluidas las estrellas de mar cojÃn enano, mosaico y manchadas, por nombrar algunas), mientras los peces escupÃan agua a mi cámara (posiblemente un tipo de pez lima) y los curiosos grillos de las cavernas (Cavernotettix flindersensis) (endémico de la vecina isla Flinders, y observado por primera vez en esta isla), asà como escorpiones del bosque que correteaban alrededor de mi carpa (aparentemente muy atractiva para ellos).
La belleza de los paisajes aislados
Los paisajes de las islas de Tasmania son tan diversos como la vida silvestre que albergan. Desde acantilados escarpados y ensenadas protegidas, hasta playas vÃrgenes, densos matorrales y cielos negros (y a veces luminosos). Cada isla ofrecÃa un entorno único para explorar. El aislamiento de estas islas ha preservado su belleza natural, permitiendo vislumbrar cómo pueden ser los ecosistemas vÃrgenes.
Isla Bruny: Conocida por su impresionante paisaje costero, que combina focas y leones marinos, y exuberantes bosques tropicales templados (¡me encantan las sanguijuelas!)
Isla Chalky: un paraÃso para las aves y la vida marina con sus escarpados acantilados y bahÃas protegidas
Isla Wybalenna: Conocida por su importancia histórica como el sitio donde la comunidad aborigen de Tasmania fue reubicada, ahora también alberga la primera serpiente de labios blancos registrada en la isla y descubierta por un amigo (usuario de iNat @roo_be).
Little Dog Island: playas vÃrgenes con densa vegetación (con una hierba nativa muy densa y difÃcil de atravesar, además de miles de madrigueras de pardelas y pingüinos, que no ayudaban, además de la presencia de serpientes como la hermosa serpiente tigre); todos estos ambientes propiciaban hábitats para aves como para reptiles.
Espero continuar con las personas increÃbles que hacen este trabajo, compartir más fotos de estas hermosas islas, sus hábitats y la increÃble vida silvestre que las llaman hogar.
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