Hace una semana visité el río Lurín acompañando al Club de Observadores de Aves de Lima COAP y representando al grupo de iNaturalist en Perú.
Fuimos a un sector de Cieneguilla que visito cada año con la familia para los almuerzos campestres. Pero nunca había tenido oportunidad o interés de caminar por la orilla del río. Caminando con este grupo, encontramos el río probablemente en su flujo mínimo. Apenas unos centímetros de agua en algunas partes, pero habían tramos con aguas casi estancadas y también tramos sin nada de aguas.
Camine acompañando un grupo variado de participantes. Jóvenes entusiastas, padres de familia llevando sus niños a vivir la experiencia y, los niños, unos inquietos por caminar y uno lleno de curiosidad.
Este último niño me sorprendió realmente por su capacidad de encontrar bichos. Los veía en las hojas de las plantas, en las rocas sumergidas, en el fondo de arena gruesa del río. Encontramos docenas de insectos que se convirtieron en cientos de registros para el Bioblitz en el río Lurín. Muchas de estas especies son toda una sorpresa de conocimiento. Este es el enlace al proyecto:
¿Cuán importante es el río Lurín para los limeños?
Nuestra ciudad es atravesada por 3 ríos y el río Lurín es el más visitado con fines de recreación por diferentes rutas. A diferencia del Rímac y el Chillón, el Lurín tiene accesos rápidos por la carretera al sur y por la vía a Cieneguilla.
La cuenca del Lurín ha sido llamada como Valle Verde y es precisamente por el verdor de su vegetación. Lima se encuentra en la franja del desierto y son los valles de estos ríos, los únicos espacios naturales con plantas suficientemente perennes para definir el paisaje. Hemos perdido este paisaje en el Rimac y no hemos aprendido la lección. Lurín necesita la atención de los limeños si queremos mantener los valores de un paisaje que necesitamos para nuestro bienestar.
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